Si las marcas fueran activistas

…¿Quién serían?

La inestabilidad en el ámbito político, social y medioambiental global de los últimos tiempos ha favorecido un fuerte posicionamiento social.

Y es que la gravedad de los acontecimientos no deja otra opción a la ciudadanía que levantar la voz y protestar contra lo que creen injusto. Con un aumento de la exigencia en lo que respecta a la implicación social y medioambiental de las marcas, el que estas se impliquen de una forma real será un factor constituyente y un impulsor de la preferencia y la compra.

Las marcas deben posicionarse y aportar soluciones reales y tangibles para afrontar los desafíos que marca la agenda 2030.

La definición y activación del propósito de la marca constituirá una herramienta fundamental para la creación de valor por parte de las marcas e incluso para su rentabilidad y su pervivencia.
Teniendo en cuenta este contexto hemos querido definir 4 tipos de marcas según su activismo o responsabilidad socio-ambiental. Si las marcas fueran activistas, ¿quién serían?

Las marcas Greenpeace: Greenpeace es la viva imagen del activismo, de lo políticamente incorrecto. Son marcas luchadoras y disruptivas. Las marcas Greenpeace no se conforman con tener procesos responsables con el medio ambiente, pasan de la responsabilidad social al activismo real.

Las marcas Greta: son marcas que nacen con un propósito, startups comprometidas que no dudan en alzar la voz para que las grandes marcas y corporaciones les escuchen. No tienen miedo a enfrentarse directamente contra los poderosos para cambiar el mercado en el que quieren introducirse.

Las marcas Luther King: «I have a dream». Además de un objetivo empresarial, tienen un sueño, un propósito: las personas. Son marcas que ya existían en el mercado y que no han permanecido ajenas a los nuevos retos que surgen con fuerza como la brecha social o la emergencia climátics. Son marcas que buscan su propia supervivencia y la de los demás.

Las marcas Trump: son las marcas que no tienen en cuenta los distintos movimientos sociales y no conectan con sus consumidores, siguen actuando en base a las reglas que dicta el mercado, el dinero o la economía. Actúan sin propósito, centradas en la economía de supervivencia, llegando a darse una notable pérdida de relevancia. Estas marcas están destinadas a desaparecer, no hay futuro para ellas.

Si hay una característica que une a las marcas Greenpeace, Greta o Luther, es que su propósito va más allá de la mera rentabilidad económica, su razón de ser son las personas.

Como buenas marcas activistas no buscan ser las mejores del mundo, sino ser las mejores para el mundo.

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marketing de influencers
02
Sep