Según un estudio realizado por la compañía Toluna, el 79% de los consumidores de todo el mundo cree que las marcas deben rendir cuentas sobre su forma de producir y su sostenibilidad social y medioambiental.
Los consumidores no son un simple objeto de consumo, sino que son sujetos activos en el proceso de transformación de la sociedad.
Haciendo una analogía con un proceso electoral, podríamos decir que una compra es igual a un voto; a través de sus decisiones de compra los consumidores votan, escogen y dejan claro cuales son sus valores y cuales son las marcas que apoyan.
Según este mismo informe, el 46 % de los consumidores interactúa con marcas con las que comparten valores, y más de la mitad favorece a marcas con las que sienten que comparten una opinión importante respecto a las personas y al medio ambiente.
Continuando con la analogía, ¿qué deberían hacer las marcas para “ganar las elecciones”?
Nosotros lo tenemos claro. Deben comprender las nuevas necesidades de los consumidores, adquirir un compromiso real con los valores que importan a sus clientes y adoptar un propósito ético, transparente, auténtico, compartido internamente y comprometido a largo plazo.
A través de nuestras decisiones de compra, influimos en el sistema, existimos. Nos convertimos en agentes vivos y partícipes del cambio.