Los consumidores, especialmente los más jóvenes, ven la globalización como algo que está ahí y poco más. De hecho, les gusta más otra cosa: su contrario.
El localismo no es solo una moda a la hora de comprar, sino que revela una actitud ante la vida y una declaración de intenciones al consumir. El localismo es, además, una tendencia que ya se estaba cociendo a fuego lento y que el Covid-19 ha servido en bandeja.
Elegir local significa muchas cosas: comprar con extra de calidad percibida, ayudar a empresas de proximidad, premiar lo sostenible en la cadena de valor, etc.
El localismo ha venido para quedarse porque encaja como un guante con los valores del nuevo consumidor, más social, más responsable y más consciente.
Las 5 palancas básicas que están impulsando al localismo son:
1. Sostenibilidad
2. Solidaridad
3. Seguridad
4. Patriotismo de naturaleza local
5. Crítica al sistema
Todas ellas están reinventando una manera de comprar diferente que, en sectores como el retail o el textil, se está viviendo como una revolución.
Y bien, ¿tú también compras “local”?